
Cómo organizar un concierto sin morir en el intento
Creednos: organizar conciertos no es nada fácil y por algún tipo de motivo o fuerza sobrenatural que desconocemos, es algo que tiende a complicarse mucho más de lo que esperas en un principio. Este negocio, a nivel matemático, es bastante surrealista: cuando ganas, ganas relativamente tan poco respecto a lo que puedes llegar a perder que no es un oficio al que puedan dedicarse aquellos que padezcan del corazón. Siempre hay muchos más factores de los que imaginas, más allá de tu control, que pueden marcar el éxito o el fracaso. Pero a la vez, hay algo que hace, de montar conciertos, un deporte de riesgo especialmente atractivo: la música. Pocas cosas hay más satisfactorias a nivel personal que acabar una noche de bolo con la sensación de que todo el mundo, artistas y público, se han ido a casa contentos y que una vez más, te las has ingeniado para no arruinarte, ese raro milagro. Para ello no hay grandes recetas, pero más o menos, si algún día decides lanzarte a la piscina con todas sus consecuencias y quieres un par de consejos de Abuelo Cebolleta para empezar a hacer tus pinitos en este mundo de la farándula, he aquí unos cuantos puntos que deberás tener en cuenta. De nada.
Elige bien al grupo
Uno de los principios fundamentales para no estamparte contra el muro de la terca realidad es precisamente ser realista en todo momento, así que mejor dejar a Vetusta Morla para más adelante y empezar por algo relativamente asequible, tanto a nivel económico como a nivel de producción. Empieza por un grupo con el que puedas tratar directamente y cuyas condiciones de caché sean asumibles incluso en caso de que todo vaya mal. Y por supuesto, ya que te la vas a jugar, hazlo con algo que o bien te guste y te apasione o bien tengas muy claro que va a funcionar. Para que todo vaya bien recuerda también esto: tratar bien a los grupos y ser honesto con ellos a la larga es la mejor inversión que puedes hacer. Engañarlos no te va a hacer rico y en cambio tratarlos como personas te va a facilitar las cosas en el futuro. Los músicos hablan entre ellos -también sus mánagers- y saben con quién es mejor tratar y a quién es mejor evitar.
Piensa bien dónde vas a hacerlo
Una vez escogido el artista hay que encontrar un sitio dónde hacer el concierto y ése suele ser el trabajo más tedioso y complicado porque te obliga a negociar con personajes de toda calaña, desde gente seria y profesional que te acoja y te apoye hasta tiburones que te van a intentar sangrar por todos los lados. Lo mejor es buscar un sitio que se adapte a la capacidad de convocatoria del grupo. De nuevo, sé realista. Ya sé que te encantan, pero si en el último concierto en su pueblo sólo vendieron 50 entradas, no vayas a contactar al Royal Albert Hall y tira más bien por pequeños bares que ofrezcan actuaciones de música en vivo con cierta regularidad. Recuerda; mejor quedarse corto y vender todas las entradas que alquilar una sala tocha para que acudan cuatro gatos pelaos (tú, tu familia y amigos y los camareros de la barra). Nada da más mala imagen y sensación deprimente que ver una sala vacía.
"Nada da más mala imagen y sensación deprimente que ver una sala vacía."
¡No la cagues con la fecha!
Pregunta entre los promotores locales con más experiencia. Siempre hay fechas malditas según el lugar (por ejemplo, Semana Santa o los puentes, aunque parezca lo contrario, suelen ser fechas más arriesgadas que un fin de semana normal) y por supuesto estúdiate el calendario de Liga. Sí, ya, que el futbol es el opio del pueblo y demás, pero intenta tú montar un concierto la noche del Madrid-Barça y verás cómo te comes las entradas con patatas.
‘Be Spam, my friend, be Spam’
Por muy bueno que sea el grupo que has contratado y lo bien que suene la sala donde piensas hacer el guateque, si nadie se entera de que ese día hay concierto, todo el trabajo que hagas no habrá servido para nada. La promoción es la parte más desagradecida y esclava de la ecuación. No basta con un buen póster y armar un evento en Facebook: hay que salir a la calle (aunque sean pocos, haz pósters y unos cuantos flyers y repártelos por el centro de la ciudad o en las zonas de ocio más importantes, tiendas de discos, etc) y nunca olvides el poder de los medios: puede que no te hagan demasiado caso, pero mandar una nota de prensa a los periódicos y radios locales nunca está de más. Recuerda que el periódico siempre lo leerá más gente de la que te sigue a ti en Twitter. Intenta estar en tantos saraos como sea posible y promocionar tu concierto a la menor oportunidad que tengas. Más vale que te tachen de cansino, a tener que irte a dormir debajo de un puente cuando pase el concierto.
Escucha a tu público, incluso a los que te pongan a parir
Partamos de la base de que esta profesión, a pesar de que brinda muchas satisfacciones, es también una de las más ingratas. El público, tan pronto te va a ensalzar, como podrá darte la espalda e incluso destrozar tu reputación al mínimo error que cometas. Si quieres dedicarte a esto por mucho tiempo, al final lo más inteligente que puedes hacer es escuchar a tu público, estar atento a sus reacciones: ¿qué les gusta? ¿Qué les apetece ver? ¿Qué creen que has hecho bien? ¿Qué has hecho mal? Habla con ellos, que tampoco pasa nada. Intenta recabar opiniones y sugerencias. Te encontrarás a mucho quejica patológico (¡esto es España!) pero también opiniones fundadas que valdrá la pena tener en cuenta para ir mejorando y afinando la puntería. Si no quieres durar dos telediarios como promotor y ser el único asistente a tus conciertos, debes ver más allá de tu ombligo.
‘Si no quieres durar dos telediarios como promotor y ser el único asistente a tus conciertos, debes ver más allá de tu ombligo.’
Vas a necesitar pasta, que lo sepas
El quid de la cuestión. De acuerdo, nos encanta la música y por eso hemos decidido organizar conciertos, pero lo de arruinarnos en el intento no es algo que nos apetezca, ¿verdad? Aquí puedes planteártelo de dos maneras: por amor al arte, es decir, organizando cositas pequeñas de modo altruista (si puedes permitírtelo), lo que facilita mucho las cosas con ciertos grupos y artistas que empiezan, o bien enfocándolo como tu trabajo y tu forma de ganarte la vida, lo que lo complica todo bastante. En este segundo caso, un consejo: no tomes atajos ni intentes forrarte de la noche a la mañana. Esto no funciona así. Se trata de ir organizando conciertos hasta que vayas adquiriendo experiencia, vayas ampliando tu red de contactos y te vayas haciendo un nombre. A medida que crezcas, ten en cuenta que cuanto mayor pueda ser la ganancia, mayor tendrá que ser también la inversión y más te vale tener las espaldas bien cubiertas. Mejor ir poco a poco y no quemarse rápido. Sé en todo momento realista (no insistiremos lo suficiente en esto), serio, cumple con tu palabra Y NO TE FLIPES, TORETE.
Por supuesto hay muchos otros factores que deberías tener en cuenta, pero tranquilo, si has decidido montar conciertos los vas a aprender por tu cuenta, muy probablemente, a base de cometer errores. Para eso ni hay fórmulas, ni consejos que valgan, solo vivir la experiencia. ¡Esperamos que no escueza demasiado!