Loquillo sienta cátedra del rock en Dublín
Crónica Loquillo Dublín – 2 diciembre 2018 – Button Factory
Hay cantantes que no necesitan demasiadas presentaciones y Loquillo es uno de ellos porque, aunque sobre él ya está todo dicho, siempre es un placer oírle o verle y si se puede hacer a la vez, mucho mejor. Así que nos fuimos a la sala Button Factory con todo vendido; la sala se llenó de impacientes, viejos y nuevos rockeros clamando por himnos que, en lo musical, han unido a generaciones y eso quedó patente entre el público.
Nos fuimos a la sala Button Factory con todo vendido; la sala se llenó de impacientes, viejos y nuevos rockeros clamando por himnos que han unido a generaciones.
Castizo, el concierto comenzó con ‘Suspiros de España’ para ambientar a los asistentes que, con sorpresa, acogieron el conocido pasodoble con ganas. Entonces salió Loquillo con toda su banda y ya en la primera canción pegaron fuerte con ‘Salud y Rock and Roll’ de su último disco “Viento del este” (2016). Con este disco, Loco ha demostrado que, renovarse o morir, funciona si sabes cómo hacerlo y eso se notó en la actuación que su banda y él brindaron; fueron más de 30 años de experiencia en las tablas resumidas en dos horas intensas y llenas de entusiasmo por ver disfrutar a los fans con lo que mejor saben hacer. Loquillo te hace reconocer que es un tío grande además de por su altura por esa sensación de cercanía que da sobre el escenario.
Más de 30 años de experiencia en las tablas resumidas en dos horas, intensas y llenas de entusiasmo por ver disfrutar a sus fans.
El “tracklist” estuvo plagado de sorpresas, tanto fue así que hasta se marcó ‘El rey del Glam’ de Alaska y Dinarama y su versión castellana de ‘El hombre de negro’ de Johnny Cash –que versionó en estudio con la colaboración de otros grandes: Jaime Urrutia, Enrique Bunbury y Andrés Calamaro-. Por supuesto hubo temas de los míticos Loquillo y los Trogloditas, siendo la más coreadas ‘Rock and Roll actitud’, ‘Quiero un camión’, ‘Esto no es Hawaii’ y, entre muchas otras, ‘Feo, fuerte, formal’, siendo esta la canción con la que Loquillo aprovecharía para presentar a los grandes músicos que le acompañan. Finalizaron con tres clásicos que son toda una bomba; ‘Qué hace una chica como tú en un sitio como este’, ‘Viejo Cadillac’ y ‘Las calles de Madrid’ con la que el público disfrutó sobremanera coreando letra y música al unísono. Sin duda, fue una despedida acertada que dejó a todos los asistentes con la sensación de haber vivido una gran noche, mientras retumbaban por las paredes de la sala exclamaciones del gran concierto y de la admiración hacia el Loco y los suyos que sus asiduos le profesan.
Dicen que el rock es actitud y a él le sobra y aunque no debe de ser fácil enfrentarse a salas y estadios llenos gira tras gira, sabe mantener la conexión con quiénes le escuchan independientemente del tamaño de la sala.
Loquillo sigue siendo un señor del Rock and Roll español por el que parece que no pasan los años ni por fuera ni por dentro, sigue manteniendo intacto ese tupé tan característico y ese look de rockabilly que tanto nos gusta. Dicen que el rock es actitud y a él le sobra y aunque no debe de ser fácil enfrentarse a salas y estadios llenos gira tras gira, sabe mantener la conexión con quiénes le escuchan independientemente del tamaño de la sala. Siempre le agradeceremos haber conseguido unir a generaciones a través de todo el legado que está dejando con sus letras. Solo podemos desearle que siga siendo así por mucho más.
Una crónica de María Huerga TW @EmeHuerga // IG: @terracitaalsol
