
Entrevista Iván Ferreiro
Siempre ha mantenido las distancias, tanto con una independencia en la que parecen encajar mejor sus ambiciones artísticas como con esa primera clase más establecida a la que pertenece por derecho propio. Quizás sea por haber nacido y desarrollado buena parte de su carrera desde su tierra, Galicia. O porque su manera de entender la música (y la vida) sólo puede descifrarse desde lo personal, a partir de sus obsesiones y filias, a menudo no sólo musicales. Iván Ferreiro ha encajonado mucho de eso en su último disco, “Val Miñor-Madrid, historia y cronología del mundo” (2013), quizás su trabajo más optimista. Entre el 17 y el 20 de diciembre el cantante gallego girará por Europa de la mano de Rock Sin Subtítulos en un tour que culminará en la Scala de Londres. Después de eso, promete tomarse un respiro.
Siempre has sido un ave rara en el panorama nacional: demasiado personal para ser un artista formulaico y demasiado poco pretencioso para ser una figura de culto. ¿Cómo se siente uno en tierra de nadie?
La verdad es que he estado siempre un poco ahí….. Ya desde Piratas no estábamos situados en ningún lugar, pero lo cierto es que no es un sitio incómodo. Supongo que he llegado a un espacio propio y se ha convertido en un lugar bastante confortable.
¿Tiene que ver algo con ser gallego? Lo digo por eso de mantenerse siempre en la periferia del mundo...
Supongo que hacer una carrera desde Galicia implica algo de soledad e imprime un cierto carácter, pero los gallegos pensamos que la periferia es Madrid, o Londres... (risas)

¿Hay algo de malo en que a la gente le gusten tus canciones? A veces lo parece...
Bueno, eso pasa en algunos círculos (más risas). Desde mi punto de vista sólo existen canciones que nos pueden gustar o no. Que alguien critique lo que le gusta a otro me parece un poco inmaduro. A mí me gustan muchas canciones de muchos artistas y si a alguien no le gusta es que se está perdiendo algo.
No sé si has echado cuentas, pero el año que viene se celebrará el décimo aniversario de tu debut en solitario. ¿Ya tienes algo en mente para celebrarlo?
Para celebrarlo me voy a tomar un tiempo para escribir y vivir. Necesito parar un poco y pensar. Llevo casi cuatro años de gira sin parar y en los últimos nueve me han pasado muchas cosas.
De hecho, este mismo año, con motivo del Record Store Day, se reeditó en vinilo ese “Canciones para el tiempo y la distancia”. ¿Cómo ves ahora aquel primer trabajo sin Los Piratas? La verdad es que me encanta ese disco. Lo escribimos en un piso de Ramallosa mi hermano Amaro y yo. Con muchísima ilusión y disfrutando de cada paso. Fue una época extraña y divertida. Nunca pensamos que nos iba a ir tan bien. A la vez tocábamos versiones todos los miércoles en un local de Vigo y nos divertíamos un montón. Fue una época divertida, emocionante y extraña.
"ANTES ME DABA MIEDO HACER UN DISCO SOBRE LA ALEGRÍA"
Ha habido ciertas constantes a lo largo de estos años, en concreto dos personajes que siempre han estado allí: Suso Saiz, productor y amigo y uno de esos obreros ubicuos de la escena pop nacional, y tu hermano Amaro. ¿Cómo definirías tu relación con cada uno de ellos? ¿Qué han aportado a tu música?
Amaro es la mitad de este proyecto. Es mi compañero y mi hermano, y aunque este proyecto lleve mi nombre él compone y decide muchas cosas. Nos hemos repartido tareas y creo que los dos estamos cómodos. Es un privilegio trabajar y vivir con él. Respecto a Suso, es mi amigo y uno de los músicos más brillantes que conozco. Sus partes metafísicas o filosóficas o éticas son tan importantes como su parte musical. He aprendido mucho con él y es una persona indispensable en mi vida. Pero como diría el mismo Suso: “No me admires. Dame trabajo”.
Las relaciones entre hermanos no siempre son fáciles. ¿Cuál es el secreto de la tuya con Amaro?
Que nos entendemos muy bien y aprendemos mucho juntos. Tenemos una confianza ciega el uno en el otro y siempre hablamos mucho sobre lo que haga falta. También es verdad que él me aguanta como nadie. Nos queremos desde siempre y nos encantan las canciones a los dos. Nos encanta escuchar canciones y hablar sobre ellas, y nos encanta escribir canciones e construyéndolas para ver en qué se convierten al final del día.
Y eso que en tu música siempre hay mucho de biografía. ¿Cuestión de necesidad o porque para ti no hay otra forma de hacer algo honesto?
Las hay biográficas y las hay que no. De todas formas me sirve para quitarme mis miedos, mis obsesiones, mis alegrías o paranoias. De alguna forma son como un diario privado escrito en un código que sólo yo entiendo del todo y a la vez cada oyente entiende a su manera. Creo que es la forma de hacer que las canciones hablen del que está escuchando. Sólo intento hacer las canciones que me gustaría escuchar.

De hecho, tu último disco gravita en torno a tus propios recuerdos, tanto aquellos que tienen que ver con tu vida privada como con tus gustos. ¿De dónde surgió la idea de crear algo así?
Quería un disco que hablara de lo mejor de mi vida. Que intentara reflejar las cosas más luminosas y emocionantes que me pasan. No sólo del pasado, sino del futuro, de lo que me gustaría que me pasara. Creo que los anhelos y los deseos de uno también son parte de nosotros, son lo que somos.
¿De allí que plantearas el disco también como un juego, una suerte de rompecabezas biográfico?
Efectivamente. Creo que la vida suele ser más divertida cuando la vemos como un juego. Cuando las cosas importantes se colocan en el sitio adecuado y dejan de darnos miedo y usamos las cartas que tenemos para pasarlo bien.
Hablando de pasarlo bien: las citas a la ciencia ficción y el cómic son una constante en tu música, también. ¿De dónde surgen estos intereses y hasta qué punto se mezclan con tus influencias musicales a la hora de crear tu obra?
Posiblemente la ciencia ficción y las historias fantásticas, así como el cine o las series, me llevan a un lugar bastante metafórico que me ayuda mucho a explicar mis cosas de la vida normal. También creo que la vida real es bastante extraña y misteriosa. Una cosa me lleva a lo otra de forma natural.
Por otro lado, este último disco resulta extrañamente optimista. ¿A qué se debe?
El amor. Gracias a Dios o al universo o a lo que sea, me vi envuelto en un tiempo de amor y felicidad. Me apetecía contar todo lo hermoso y emocionante que me pasaba. Durante un tiempo me daba miedo hacer un disco sobre la alegría, pero Amaro y yo decidimos que éste era el momento. No sé si es tan alegre, pero para mí tiene las dosis exactas de profundidad y levedad que necesitaba.
¿Tienes un plan para estas cosas o vas decidiendo sobre la marcha lo que te apetece hacer en cada momento?
Un poco las dos cosas. A veces manda la razón y otras la necesidad.
Tienes cuatro conciertos en Gran Bretaña por delante. ¿Cómo te ha ido anteriormente fuera de España y qué esperas de esta nueva gira?
Voy con mucha ilusión. La vez que tocamos en Londres me quedé muy impresionado con la gente. Fue un concierto enérgico y divertido. La fiesta que hubo después fue una maravilla y fue una noche realmente especial. Espero de estos nuevos cuatro conciertos que la gente se acerque a verlos. Creo que será bonito cantar en estas cuatro ciudades y ver a los que vengan. Sobre todo tengo ganas de tocar…
¿No crees que la proyección exterior una de esas tantas cuentas pendientes de la industria musical española? ¿Nos sobran complejos o nos falta visión?
¡Nuestra cuenta pendiente seguro! Espero que no sean los complejos y deseo que empecemos a tener visión. Esta serie de conciertos es el ejemplo claro. Rock Sin Subtítulos representa esa idea y creo que demuestra que puede funcionar. Hay público en muchos sitios y a medida que el mundo se globaliza las canciones pueden llegar más lejos.
¿Ya estás trabajando en algo nuevo? ¿Qué tienes en mente para el futuro?
A partir de enero me encerraré a escribir. Ya sé más o menos cómo quiero que sea el nuevo disco, por lo menos a nivel de textos y de producción; ahora sólo tengo que juntarme con Amaro y ponernos a componer. Tengo muchas ganas de empezar ese proceso.