El momento en el que conoces a Lendakaris Muertos queda grabado a fuego para siempre en tu memoria. Tal es el impacto que provocan los navarros con su punk corrosivo e irónico, con temas como 'Veteranos de la kale borroka', 'Gora España', 'El problema vasco', 'Centro comercial' o 'Gafas de pasta'. Entre muchas otras.
Letras divertidas como 'Oso panda' se entremezclan con canciones que aportan una visión sarcástica de la realidad política y social del País Vasco y Navarra. A toda velocidad, con esa rabia punk que rara vez pasa de los tres minutos por corte y en las que escasean los punteos de guitarra. Pildorazos frenéticos de fuerza inapelable.
Y es que siempre ha sido así, desde que el grupo comenzara su andadura allá por 2004 con una maqueta que superó las 20.000 descargas en su web oficial. Uno de esos fenómenos que van de boca a oreja corriendo como la pólvora mientras la popularidad de Lendakaris Muertos (nombre 'adaptado' de los Dead Kennedys) se multiplica exponencialmente concierto a concierto, primero en el norte de la península y después ya en todo el país al ritmo de himnos como 'ETA, deja alguna discoteca'.
Su debut llegó en 2005 con un disco homónimo que era en realidad la maqueta ampliada, perfecta carta de presentación que resume la esencia de la banda en media hora de cachondeo, rabia y urgencia. Misma fórmula de posteriores trabajos como 'Se habla español' (2006), 'Vine, vi y me vendí' (2008), 'Crucificados por el antisistema' (2012) y 'Cicatriz en la Matrix' (2012).
Tras doce años de andadura musical, Lendakaris Muertos son ya un nombre clásico en el punk rock patrio. El cuarteto integrado por Aitor, Joximi, Jokin y Potxeta ha conseguido que su propuesta cale en los parroquianos gracias a sus certeros estribillos y a sus sudorosos y agotadores conciertos. Demostrando que, a veces, no tomarse demasiado en serio es lo mejor para conseguir que te traten en serio. Entregad las armas, la revolución era esto.
