Going Underground: el metro de Londres
Haced la prueba. Caminad por cualquiera de los muchos mercadillos londinenses y fijaos cuántas veces veis el logo o el mapa del metro de la ciudad serigrafiado en camisetas, tazas, posavasos, libretas, etc. Cabría pensar que los lugareños están orgullosos de su sistema de transporte suburbano; el más viejo del mundo y uno de los más extensos. Pues no. Sea por el hartazgo de las últimas huelgas o por el proverbial sarcasmo inglés, los londinenses - de nacimiento o adopción – son bastante críticos con el tube. Razones no les faltan. Frío en invierno y extremadamente cálido en verano, las goteras y humedades están a la orden del día. E incluso; un estudio afirma que 20 minutos respirando el aire de la Northern Line es tan nocivo como fumarse un cigarrillo. Pero tiene otros muchos encantos.
Con tanto merchan del underground londinense, cabría pensar que los lugareños están orgullosos de su sistema de transporte suburbano; el más viejo del mundo y uno de los más extensos. Pero no es exactamente así.
Pie de foto: Una imagen del London Tube. // Escaleras de la estación de Covent Garden.
El metro de Londres hizo su viaje inaugural el 9 de enero de 1863. Para hacernos una idea, los convoyes funcionaban arrastrados por locomotoras a vapor y las estaciones necesitaban de espacios abiertos para su ventilación. Un buen ejemplo de esto lo encontrareis en la estación de Baker Street; en los andenes de la Hammersmith & City Line. En aquellos vagones fumar estaba terminantemente prohibido. Más tarde se levantó el veto: ¡no dejar fumar a los usuarios era de mal gusto!
Un buen ejemplo de lo que eran las primeras estaciones lo encontrareis en la estación de Baker Street; en los andenes de la Hammersmith & City Line.
Andén de Baker Street
Durante los bombardeos de la aviación alemana en la II Guerra Mundial, el suburbano se convirtió en refugio y también en improvisada galería de arte al trasladarse algunos de los tesoros del Museo Británico a los túneles que unían las estaciones de Holborn y (la ya desaparecida ) Aldwich; en la Piccadilly Line. La segunda, clausurada en 1994, se puede visitar y ha sido desde entonces escenario de películas como “V de Vendetta”, “Juego de Patriotas”, “28 semanas después” o “Sherlock”.
Acceso a Strand Station
Durante la II Guerra Mundial, el suburbano se convirtió en refugio y también en improvisada galería de arte al trasladarse algunos de los tesoros del Museo Británico a sus túneles.
Los fantasmas y las leyendas campan a sus anchas por los más de 240 kilómetros que componen la red. Uno de los más temidos por los londinenses es el espectro de William Terris; actor asesinado en 1897 en la contigua The Strand y que, a tenor de los numerosos testigos, aun se pasea por la estación de Covent Garden luciendo su abrigo, chistera y guantes blancos. En Bethnal Green, al este de la ciudad, los gritos de mujeres y niños han sido escuchados en incontables ocasiones en lo que parecen ser los ecos de la terrible masacre que tuvo lugar en aquellos túneles en el año 1943, y que segó la vida de 173 personas. Por supuesto nadie ha aportado nunca una sola prueba de todos estos fenómenos. ¿Acaso alguien la necesita?
Placa conmemorativa en Bethnal Green
Uno de los fantasmas más temidos que dicen habitan el London Tube es el de William Terris; actor asesinado en 1897 que, a tenor de los numerosos testigos, aun se pasea por la estación de Covent Garden.
Merece la pena tener la Oyster a mano y salir a buscar algunas de las estaciones más icónicas. Por ejemplo Saint James’s Park, que está reconocida como edificio de Grado I (interés excepcional) y es una de las joyas del Art Decó inglés. Gants Hill, en la Central Line, con su diseño monumental que permite hacer un viaje al metro de Moscú y salir a la superficie a tiempo para una London Pride. Y los andenes de Arnos Grove; emplazados dentro de un edificio modernista conformando un precioso hall circular.
Hay estaciones icónicas que conforman joyas del Art Decó inglés, que tienen diseños monumentales y te trasladan a otros países o que recuerdan a edificios modernistas.
Andenes de Arnos Grove
Acceso a la estación de St Jame’s Park
Hay que decir que resulta más fácil ver a algún representante del Reino Animal que al espectro del pobre William Terris. Además de la densa población de roedores - se estima que, en número, ratas y ratones suman casi medio millón -, pájaros carpinteros, gavilanes, murciélagos, culebras, lagartos, salamandras y algún que otro ciervo forman parte de los millones de commuters que diariamente se mueven bajo tierra. Incluso hay un mosquito autóctono: el “London Underground Mosquito”. Descubierto durante los años 40, resultó ser implacable con los refugiados que escapaban de las bombas nazis. Decir también que la autoridad del Transport for London es bastante permisiva con los perros: pueden viajar en todas las líneas y solo deben estar sujetos en las escaleras mecánicas.
Y con respecto a la fauna humana...bueno: eso da para otro artículo más extenso.
Un artículo de Manuel Requejo del blog A head in the clouds https://manurequejo.wordpress.com/