Precisamente hablábamos de ellos en nuestro repaso de bandas llamadas a dominar la escena musical española en los próximos años y no era porque sí: La Maravillosa Orquesta del Alcohol se ha convertido en apenas unos años en uno de los grupos más sólidos, personales y carismáticos de la escena nacional, gracias a una manera de hacer canciones y abordar la música que los convierte en una feliz anomalía.
De entrada, por su atípica formación: acordeón, banjo, mandolina, saxofón… Y continuando por sus influencias: lejos de modas pasajeras, la banda burgalesa prefiere ir al hueso y buscar la autenticidad en terrenos como el blues, el folk europeo y la música country, y todo ello con una actitud que recuerda a los imbatibles The Pogues, puro espíritu punk. No en vano la banda se formó tras el viaje que David Ruiz (voz, mandolina y guitarra) realizó a Dublín, así que estamos seguros de que su retorno a tierras irlandesas será algo muy especial para ellos.
De allí surge un discurso musical propio que empezaron a desarrollar primero cantando en inglés, para pasar a partir de su segundo disco al castellano. Una decisión, a tenor de los resultados, acertada, porque fue a partir de la edición de “¿Quién nos va a salvar?" (2013) que La M.O.D.A. empezaron a ganarse un lugar propio en la escena nacional y a pasear su portentoso directo y sus innegociables camisetas de tirantes por festivales y salas de Norte a Sur, de Este a Oeste.
Tras el éxito de su predecesor, el listón para su nuevo trabajo “La primavera del invierno" (2015) estaba realmente alto. Ellos, en todo caso, han rebasado cualquier expectativa sin dar un paso atrás o renunciar a cualquiera de los tics que nos hicieron amarlos en primer lugar. De hecho, su tercer largo es, de nuevo, un ejercicio de autenticidad insobornable en el que colaboran Gorka Urbizu de Berri Txarrak y la cantante catalana Maria Rodés y que contiene sin ninguna duda las mejores canciones compuestas por la banda en toda su carrera.
La mejor excusa posible para que en Rock Sin Subtitulos™ salgamos nuevamente de tour, visitando Dublín, Edimburgo y Londres, no podía ser otra que la de traeros uno de los directos más festivos y arrebatadores que se pueden ver ahora mismo en España. Johnny Cash estaría orgulloso.